jueves, 17 de diciembre de 2015

El Círculo de Confort

Llevamos ya unos días en Rosario, Argentina. Las primeras sensaciones no han podido ser mejores ya que nos recibieron con un asado en una casa con piscina... Esto es un lujo teniendo en cuenta que aquí es verano y el calor no perdona.

Uno de los mayores miedos de esta mudanza era no saber encontrarme cómoda en un grupo de "amigos" diferente al mío. Pero esto también forma parte de los propósitos del viaje: verme fuera de mi círculo de confort, soltarme, conocer gente, adaptarme, aprender... Bajar la guardia sin perder la esencia.

De las primeras cosas percibidas es que en el país del tango la gente ha sido desde el principio más cercana y amable. La bienvenida ha sido calurosa, hospitalaria y agasajadora. 

Igualmente, cuando estás fuera de tu grupo y con la necesidad / obligación de hacer nuevas amistades que no eliges tú, hay que tener prudencia a la hora de dirigirte a ellos por primera vez. Ya que las primeras palabras intercambiadas y las descripciones que uno da sobre sí mismo en un comienzo conforman sobre los otros un juicio. Así que en realidad soy yo la que dibuja mi autorretrato. 

Al estar lejos de quien quiero estar, me he podido o me he visto metida en reuniones que ni por asomo en mi terreno quizá hubiera aguantado; en conversaciones que habría finiquitado con una tajante sentencia mía. Pero NO. Te muestras cortestemente interesada con toda la educación que seas capaz de proyectar. Especialmente si el resto de implicados parecen interesadísimos en el tema. Así que aguantas, sonríes y asientes. Prestas atención e intentas por lo menos abrir los oídos para aprender cosas nuevas. Porque aunque hables el idioma la lengua es distinta, puedes meter la pata contínuamente, ya que es no igual decir "Coger" que "Agarrar".
El mismo idioma no te garantiza que te enteres de todo lo que dicen ni que a ti te entiendan por completo.

"Nunca sabremos por qué irritados a la gente, qué es lo que nos hace simpáticos, qué es lo que nos hace ridículos; nuestra propia imagen es para nosotros nuestro mayor misterio".

- La Inmortalidad - Milan Kundera - 

jueves, 10 de diciembre de 2015

El gran salto

o más complicado de marcharte de tu país al otro lado del mundo es para empezar tomar la decisión con confianza y determinación y mantener después esa convicción, porque cuando llega el momento de contarlo a las personas que te importan y a las que te interesan tienes que estar preparado por si no recibes los elogios que necesitas o los ánimos que te sustentan la decisión.
Casi siempre los que más te conocen se alegran y te empujan a hacerlo, porque saben cómo eres y lo que andas buscando desde hace tiempo y que esto es lo que esperas que te vaya a hacer más feliz.

Lo siguiente más complicado es dejarlo todo de verdad y decir adiós a todas estas personas e hijos de cuatro patas.
La vorágine de la preparaciones impiden que puedas dedicarles abrazos y ojos llorosos de despedida a todos los que te gustaría, pero lo que te conocen y te quieren saben que a ellos también les estás diciendo: "te echaré de menos".

Pero ya estamos aquí. Parecía que el día no llegaría nunca, pero el tiempo es imparable, siempre te alcanza aunque él sea lo mas inalcanzable del mundo.

Hemos llegado a Montevideo. No puede decirse al primer vistazo que sea ja ciudad "bella" como sí parecen París, Roma o Praga... Pues resulta un pequeño caos desde donde aparenta. Ningún edificio tiene sentido al lado del otro. Enormes cristaleras están pegadas a columnas corintios y éstas a su vez a fachadas versallescas...
Es sólo el primer día, habrá que mirarlo despacito y con atención (las primeras impresiones siempre se me dieron mal), porque como casi todo lo importante, lo esencial está ahí aunque al principio no se vea.

El viaje ha empezado.
El gran salto ya está dado.