viernes, 17 de junio de 2016

Dime cómo calzas...

De las primeras cosas que me impactaron sobre la gente al cruzar el charco fueron los zapatos que utilizan las mujeres aquí. Lejos espacialmente y ya puestos estilisticamente del estilo europeo que admiran y sorprenden cuando les dices que vienes de allí, es que calzan unos tremendos armatostes que más bien parece que caminan sobre ladrillos.

Aquí se usa la PLATAFORMA. Y cuanto más grande mejor. Y cuanto más delgada es la pierna que las precede, más mejor aún. 

Las chicas jóvenes y no tan jóvenes se atavian como muñecas BRATZ! Sí, esas tan denunciadas por las asociaciones de padres y consumidores porque inducían a todo lo negativo: la promiscuidad, la anorexia, la vulgaridad... 

Cuan diferente es el mundo desde los ojos de quien observa. 

Aquí es belleza y estilo esos atuendos medio góticos, de pantalones ultra slim, colores oscuros, gargantillas, abalorios a mansalva y mucho pintalabios negro, morado, granate... 

Lejos del chic francés, de los colores pastel, de la fragilidad y la inocencia que siempre mueve en algún punto las colecciones del viejo continente. Intento a duras penas mezclarme entre la marabunta de Buenos Aires con mi escueto armario, imperturbable con el paso de los años en mi forma de vestir básica, frugal y con un toque rock. 

No sé si está muy extendido el uso del adjetivo "GRUNGE" aquí, pero para que se lo aprendan, aquí la más grunge soy YO. Que me vine hace 7 meses cargada con cuatro cosas de verano y ya a punto de entrar al invierno no me he saltado el protocolo bajo ningún plan o circunstancia. Para que aprendan. Y no, no me subo a esos zapatones ni muerta, ya no solo porque mediría 1,90 . Sino porque yo no soy ni una muñeca (Bratz).

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